A QUEMARROPA AMIGOS DE TOMÁS DE MATTOS/ENTREVISTA en Tacuarembó Eduardo Mérica/ArchiVOCES de DIARIO URUGUAY. 01/04/2016.
“Todo el mundo tiene una historia con TomáS”
“Siempre con él ibas a llegar a un tema que era vital, que era importante, que era trascendente. Siempre. Pero no en forma ampulosa, sino en la charla común y corriente siempre estabas frente a una persona que estaba metiéndose en honduras con respecto a la vida”
Te presentamos el ‘Talk to me’ que se dio en conversaciones reales entre el escritor uruguayo Tomás de Mattos y sus más íntimos amigos.Prácticamente en todos los aspectos, “Tomasito” en Tacuarembó, mantuvo una relación muy estrecha con sus amigos. No hablamos de un número desorbitado de veces al día, pero, a pesar de la frecuencia y el nivel de intimidad de las conversaciones, nos dimos cuenta de lo mucho que quedaba por decir del gran escritor nacido por accidente en Montevideo. Por ello, fuimos atendidos cordialmente por dos amigas que residen a dos cuadras de la casa que hizo de última morada de Tomás de Mattos. Tras la conversación que tuvimos con la profesora de historia, Marisa Acheriteguy y la profesora de literatura María Silvina Lucián, nos dimos cuenta de cuántas veces sus conversaciones sobre algún problema o una buena noticia que se habían dado acababan con un apresurado:”El voy a hablar con Tomás”, antes de dedicarse unos te quieros de despedida. Como somos, por lo general, bastante curioso y tiendo a hacer preguntas más que a dar respuestas, la conversación se dio innegablemente en la dirección correcta… Como si “Tomasito” hubiera estado presente.
AQUI PUEDE ESCUCHAR LOS RELATOS DE LOS AMIGOS SOBRE LA VIDA DEL ESCRITOR TOMÁS DE MATTOS
“En la Biblioteca Nacional, no fue la mejor época de su vida. Porque ahí dejó parte de su vida”
“Y lo más destacable de Tomás, aparte de su personalidad como escritor y como abogado, que creo que lo ha destacado todo el mundo, porque es así… ¡la persona, que era Tomás!. Para mí y para mis hijos fue un privilegio de la vida el haberlo conocido y el haber compartido todo lo que compartimos con él…”
Tomás de Mattos nació en Montevideo, Uruguay, en 1947. Y vivió y ejerció la abogacía en la ciudad de Tacuarembó. Fue director de la Biblioteca Nacional durante los años 2005-2010. Publicó los libros de cuentos Libros y perros (1975), La gran sequía (1988), Trampas de barro (1983 y 1998, Alfaguara), y las novelas ¡Bernabé, Bernabé! (1988 y 2000, Alfaguara), A la sombra del paraíso (1988, Alfaguara), La Puerta de la Misericordia (2002, Alfaguara; 2005, Punto de lectura), La fragata de las máscaras (1996, Alfaguara; 2008, Punto de lectura) y El hombre de marzo. La búsqueda (2010, Alfaguara). Recibió el Premio Morosoli 1997 de la Fundación Lolita Rubial, y los Bartolomé Hidalgo 2011 por su Trayectoria Literaria y Narrativa por la novela El hombre de marzo. La búsqueda, primera parte de la biografía novelada de José Pedro Varela.
“Me parece que la palabra humildad está un poco desvalorizada pero, se lo podría definir así: ese sentimiento de la confraternidad”
“Era un peñarolense, más que rabioso, baboso…”
Tomás de Mattos siempre se definió como “Tacuaremboense nacido en Montevideo”, porque es en esta ciudad en donde vivió su infancia y adolescencia, luego viajó a Montevideo para continuar sus estudios universitarios, pero una vez culminada su carrera de abogado se estableció nuevamente en Tacuarembó, lugar en el que residía últimamente. Hay que recordar que fue alumno de Washington Benavídes, autor que dio a conocer los primeros cuentos de “Tomasito” y que luego fueran publicados en distintos diarios, periódicos y revistas literarias. Los entendidos dicen que su narrativa se organiza con amenidad y cierto suspenso en una estructuración ágil, plena de ingenio e imaginación. de Mattos, integra el volumen “Cien años de raros”, publicado por la editorial Arca en 1966, antología preparada por Angel Rama y en la que se incluyen dos relatos de este autor.
“Hablar de Tomás es hablar de toda una vida compartida, porque somos amigos, no sé cuántos años…”
“No había además, ningún ámbito de la vida que le fuera ajeno. Para Tomás, todo era motivo de interés…”
“¿Cuando lo conocí?, no sé. Habrá sido… él andaba acá. Si uno lo saludaba él te correspondía y te sonreía, y lo mismo, se presentaba o te decía:¿cómo te llamás?”
LAS CASAS DE TOMASITO EN TACUAREMBÓ
“Me parece interesante destacar el otro aspecto del Tomás divertido. La risa de Tomás. Las bromas de Tomás. Esa visión del mundo: no sé si positiva. Porque como él trabajaba sobre el bien y el mal, incluso, la problemática religiosa. Pero a la vez está el hombre divertido, el tremendo sibarita. Un hombre que le encantaba cocinar y comer…”