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Correspondencia que se mantuvo oculta y secreta durante todo el siglo, sobre la masacre de Salsipuedes

LOS CHARRÚAS DE PICERNO. Habiendo concurrido varias veces a la Biblioteca Nacional, en el día de hoy, gracias a la persistencia de dos funcionarias de la Biblioteca que me conocen ya de varios años atrás, pudimos encontrar datos relativos a cuándo y cómo ingresó el Archivo de la correspondencia que mantuvo el Gral. Julián Laguna con Fructuoso Rivera y otros militares y políticos de aquél momento.Recordemos que fue Julián Laguna quien condujo a las tolderías indias, desde las zonas del Arerunguá hasta la Horqueta del Salsipuedes. Recordemos que casi diariamente enviaba y recibía una carta del Presidente Fructuoso Rivera, informándole de la situación de los charrúas, que no siempre se mostraban confiados en continuar ese itinerario, y a su vez recibiendo instrucciones personales de Rivera sobre cómo debía actuar con ellos, para convencerlos y llevarlos a la emboscada.
Esta correspondencia por supuesto que se mantuvo oculta y secreta durante todo el siglo. Esto determinó que todos quienes escribieron libros sobre la masacre de Salsipuedes, carecieran de los datos marcados, dictados y planificados por Rivera.
Fue tan cuidadoso Rivera en guardar el secreto, que ni Julián Laguna sabía dónde era el destino final: Salsipuedes. Lo supo en el mismo día en que llegó, y Rivera estaba esperando con su ejército a las tribus charrúas.
Dado que no se pudo investigar dicha correspondencia durante todo el siglo XIX, es que se encuentran muchos errores en los escritos que hablan de la masacre de los charrúas. Incluso últimamente me están diciendo que la matanza se realizó en tres lugares: Queguay, Boca del Tigre y Salsipuedes. Esto se explica porque así lo escribieron durante todo el 1800, hasta el propio Eduardo Acevedo Díaz hace una novela histórica titulada “La Boca del Tigre”, en 1890.
Pues bien, nuestra investigación comenzó a partir del año 2000, y pudimos encontrar aquella correspondencia que fue ocultada en las propias casas de los familiares, tanto de Rivera, Julián Laguna, Ellauri y otros personajes actores de la matanza.
Lo que me faltaba saber en el día de hoy, la Biblioteca Nacional me lo pudo brindar después de exhaustivas búsquedas en libros oficiales bastante antiguos. Véanse estos datos.
El Archivo Laguna consta de 1005 fojas. El primer ingreso de correspondencia a la Biblioteca Nacional se produce el 20 de abril de 1895, en que un nieto de Julián Laguna, llamado Jacinto Laguna, ofrece 942 documentos a la Biblioteca Nacional indicando que eran de gran interés para nuestra historia nacional. El Director de entonces de la Biblioteca Nacional era el Sr. P. Mascaró. Poco después, en el mismo año, Jacinto Laguna agrega 13 documentos más de su abuelo. Por fin, el 20 de febrero de 1906, se encontró en un copiador de cartas que el entonces Director de la Biblioteca Nacional, Villiegas Zúñiga, agradece a Jacinto Laguna por la incorporación de 125 nuevos documentos con correspondencia del Gral. Julián Laguna.
De todos modos aún no tuvieron acceso al público porque faltaba ordenarlos, foliarlos, encuadernarlos (son 4 o 5 libros voluminosos), y el final de la catalogación para poder ubicar fácilmente los documentos por fechas, tema, etc., se terminó de realizar en el año 1984.
Desde esa fecha el Archivo Laguna está en el sector “Materiales Especiales” de la Biblioteca Nacional, primer piso, y pueden ser consultado por el público e investigadores.
Lo sucedido parece contradictorio. Se pensaría que quien escribe en el mismo momento de los hechos está habilitado para que su relato sea fidedigno y muy cercano a la verdad. La realidad nos ha dicho que no, por el contrario. Cuando nosotros iniciamos nuestra investigación por el año 2000, no hacía mucho que se habían incorporado, por familiares lejanos de los actores principales, empezando por Rivera, los documentos privados, reservados, militares, que describen con exactitud los pasos que se siguieron para la conclusión de la población charrúa en nuestro territorio.
Incluso el año pasado, 2015, entraron al Archivo General de la Nación nuevos documentos y cartas desconocidas del Gral. Fructuoso Rivera, aunque por lo que pude ver son fechadas posteriormente al año 1834. Y nadie conocía el contenido de dicha documentación antes del año 2015.
Todo esto explica los errores en que han incurrido quienes escribieron en el siglo XIX y parte del siglo XX, sin tener a la vista la documentación auténtica.
Por supuesto también quienes han leído libros antiguos y comentan los hechos de Salsipuedes, están cometiendo omisiones y errores por las causas antes mencionadas.

 

Fuente: documentación tomada del investigador Lic. Eduardo Picerno, que su vez lo ha publicado en el libro “El genocidio d e la población charrúa” Editado por Biblioteca Nacional, año 2008.


 
Eduardo Picerno García: “Ahora no me sigan diciendo que el Genocidio fue de tal y cual forma. Si sacaron los datos de libros anteriores a 1984 , les faltó conocer los hechos verdaderos, que figuran en la correspondencia de Rivera-Laguna, por ejemplo, que estuvieron recién catalogadas en 1984. Y mi libro lo hice en base a esos documentos – y otros- a partir del 2002.
Por eso hay tantos errores en muchas personas que se basan en publicaciones viejas, por ejemplo, la gente que se autoproclama Conacha, que piensan que la matanza fue en 3 lugares, o sea en el Queguay, en la Cueva del Tigre y en Salsipuedes. Eso lo sacaron de libros anteriores a 1900, incluso Eduardo Acevedo Diaz hizo una novela histórica sobre charrúas llamada Así: La Boca del Tigre, en 1890. Y está plagado de errores, o sea que tomó datos de murmuraciones populares, o inventadas, porque no tenían acceso a documentos reales, las cartas y partes militares de Rivera y Laguna, por poner un ejemplo. Esas cartas estuvieron casi 100 años
en casa de los familiares de los citados protagonistas, y tardíamente se pusieron al acceso del público. Fueron los nietos o bisnietos quienes las donaron a los diferentes Archivos. Por favor, no me sigan mencionando esas supuestas verdades… ¡¡¡Nada sabían sobre los hechos verdaderos!!!. Eran versiones populares que la gente creía. Ahora están todos los documentos que no se han perdido o se han robado en los archivos, y los principales integran la obra “El genocidio de la población Charrua” editado por la BibNal en el 2008″.

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