Artes y Cultura

PASCUAL HARRIAGUE, el pionero de la vitivinicultura

DE CADA PUEBLO. Nacido en 1819 en Hasparren, Lapurdi, llegó al Uruguay en 1838, trabajando en diversas actividades: primero como jornalero en los saladeros del Cerro en Montevideo, luego de dependiente en un comercio de San José, trasladándose finalmente a Salto en 1840, instado por Juan Claviere, propietario del Saladero Quemado del Ceibal a participar en sus negocios. Instala por su cuenta, una curtiembre que con el tiempo transformó en el Saladero La Caballada, donde se preparaba tasajo a gran escala, así como toda clase de salazones, curtido de pieles, jabones y preparación de grasas.
Los primeros ensayos con uvas criollas, realizados a partir de 1860, no tuvieron el éxito esperado porque las cepas resultaban débiles y las cosechas logradas no justificaban la inversión. Harriague desistió de sus viñedos hasta su contacto con la vid que Juan Jauregui había desarrollado en Concordia, ciudad Argentina en la margen opuesta del Río Uruguay, frente a Salto. Un amigo lo puso en contacto con ese vasco apodado “Lorda”, quien había logrado aclimatar unas cepas traídas desde los Bajos Pirineos.
El Tannat
La cepa que había sido traída por Jáuregui entre sus ropas, cuando partió hacia Argentina desde su pueblo natal, corresponde a la variedad Tannat. Harriague en 1874 comienza a cultivarla. Esta cepa de hoja redondeada poco conocida en Europa es procedente de la región del Madiran francés, casi pirenaico donde nació “Don Pascual” Harriague. En 1876 fue su primera vendimia. Llego a tener tres bodegas y muchos seguidores. Había en Salto más de 90 bodegas. Su bodega fue la más importante del Uruguay, y la más grande en TannaT, de Sudamérica. En 1888 el Gobierno le concedió una medalla de oro, por los resultados de sus cosechas. También ese mismo año gano una medalla de plata en la Exposición Universal de Barcelona, también logro otra medalla de plata en la Exposición Universal de Paris, por la cálida de sus vinos y coñac.
Lamentablemente el 28 de diciembre de 1910 un terrible incendio destruyó sus principales cascos e instalaciones, dejando a Pascual Harriague en una precaria situación económica. Por 1863 en Europa, más exactamente en Francia, los viñedos comenzaron a ser desvastados por la filoxera, un insecto parásito de la vid, que luego de instalarse en la planta produce su muerte en tres años. En pocas palabras desaparece el Tannat del mundo. Solo quedaron pequeñas e ignoradas plantaciones en Uruguay y en Concordia.
Don Pascual muere en Bayona, el 14 de abril de 1894. Sus hijas Pascalina y Teresa trajeron sus cenizas a Salto.
Actualidad.
Un enólogo europeo redescubre en Uruguay la cepa Tannat hacia 1990 y la lanza a nivel mundial. Desde entonces el Tannat se ha transformado en la cepa símbolo de Uruguay, elaborándose los mejores vinos del país a partir de esta variedad.
La cepa cultivada por Harriague hoy se identifica también con su nombre, aunque corresponda siempre a la variedad Tannat. Pero la trascendencia lograda por Harriague se refleja en los libros sobre vinos, así encontramos su definición en la “Guía de uvas vitiviníferas” de Jancis Robinson: “Harriague: nombre uruguayo para Tannat inspirado en el apellido de un pionero vasco”.

En el 2011 la Intendencia de Salto, recupera un sitio emblemático de la vitivinicultura de Salto y del Uruguay, creando un paseo ubicado en la antigua bodega de Pascual Harriague, donde se da lugar a eventos y encuentros, especialmente vinculados a la vitivinicultura. Este paseo es un homenaje del pueblo de Salto a uno de los productores pioneros de su historia.

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