Vocaciones

Murió Caito, uno de los más notables goleadores que tuvo la selección. Ocupa un lugar en el podio de Paysandú

ricardo-brandon-hechalamericaEL PALENQUE DE JUCEDA. Desde Paysandú Julio Damico.
Caito no se fue, por siempre estará en corazones futboleros sanduceros.
Lejos de su Quebracho natal, Méjico, falleció Ricardo Ismael Brandón. Para todos Caito. Hacía muchos años que se quedó a vivir en tierras aztecas luego de haber dejado el fútbol profesional. Es el uruguayo que más goles anotó en ese balompié. En concepto personal uno de los más notables goleadores que tuvo la selección. Ocupa un lugar en el podio.
Llegó desde tierras quebrachenses y se puso la aurinegra. Hacía los goles que quería cada fin de semana en la entonces Intermedia.
Pasó a Independencia y la selección le colocó la casaca “9” para ser goleador y campeón.
Nos pareció que el mejor recuerdo, homenaje, es rescatar una nota que en su momento escribimos para el desaparecido semanario Tres Puntos. Allá lo recordamos en aquella noche salteña, de tanta gloria, en aquel inolvidable partido de febrero del ´68.
La noche mágica de “Caito” Brandón
El gran músico argentino Fito Páez escribió que “hay recuerdos que no voy a borrar, personas que no voy a olvidar, hay aromas que me quiero llevar”, frases que inmortalizó en una de sus recordadas canciones.
De esos recuerdos que no vamos a borrar, está el de aquella noche del “Dickinson” salteño.
En febrero del ´68 culminaba el calendario del Litoral de 1967. Paysandú llegaba con ventaja de dos puntos ante Artigas, pero debía ganar para asegurarse el título.
Escenario salteño repleto, se decía que había diez mil personas. La recaudación fue récord para entonces, 470 mil pesos. El anterior lo tenían los mismos equipos cuando en la primera rueda de ese mismo año se enfrentaron en el Parque Artigas sanducero, con 310.660 pesos.
Un partido duro, con el coloniense Casco dirigiendo el encuentro que tenía mucho fuego en las piernas y las cabezas de los jugadores.
A la media hora se va expulsado Migliónico y el entrenador Julio Coiro manda a Coralio Bogado a la cancha sacando un medio -campista, Julio Arévalo.
Como se dice ahora, partido de ida y vuelta. Ricardo Brandón a los diez minutos había marcado el primer gol sanducero, pero la expulsión de Migliónico complicó todo y Salto, que tenía buen equipo, estaba 3 a 1 en el tanteador y se floreaba en la cancha tomando a contrapierna a un Paysandú que jugaba en el filo de la cornisa.
A los 18 minutos del segundo tiempo, otra vez “Caito” Brandón con su innegable capacidad goleadora, pica, se va y Bourdín debe ir al fondo del arco a buscar el balón.
Paysandú queda a un gol del empate y del título, el que finalmente ganó por dos unidades. Recordamos que en ese tiempo el triunfo valía dos unidades.
A los 25 minutos, Patritti metiendo como era su característica, tranca una pelota con alma y vida en la línea media salteña. El balón toma una potencia y un raro efecto y se mete a espaldas de Bourdín que estaba adelantado.
Empate a puro coraje. El título estaba allí con ese empate pero aquellos cracks querían ganar.
Y vuelve a aparecer allí la imponente figura del quebrachense Ricardo “Caito” Brandón que en el medio de la cancha, frente al túnel que está igual que en el estadio Artigas, pica una vez más ante una pelota en profundidad, se va seguido de “mil” salteños” y empujado por “mil” sanduceros, se enfrenta a Bourdín y aquello fue la locura de albas casacas.
El retorno a “la heroica” con cientos y cientos de vehículos de dos, cuatro, seis, ocho ruedas, que iluminaban la ruta 3 como sí fuera de día. Además de haber corrido un tren expreso.
En el vestuario, prácticamente tirado sobre una mesa de masajes, Caito Brandon, “muerto” de cansancio por todos los piques que realizó, solamente escuchaba en silencio y allí el delegado de Independencia, su club, Ives Odriozola, que le repetía y repetía: “Caito, ¿vos sabés lo que hiciste esta noche”?
Por eso como dijo Fito Páez, “hay recuerdos que no voy a borrar”, como ese de la noche de febrero del ´68 y “hay personas que no voy a olvidar”, como a Caito Brandón, inmenso goleador.
Jamás será olvidado, los que estuvieron en el “Dickinson” y quienes siguieron el partido a través de las radios sanduceras.
Pero seríamos injustos si no recordamos a los doce que jugaron esa noche.
Recordemos; Nelso “Paisano” Silva; Héctor “Nene” Migliónico” y Luis “Lamparita” Patritti; José “Virolo” Lanterna, Héctor “Gaucho” Lancieri y Rubén “Pato” Sosa; Omar “Barroco” Rey, Julio “Jubilado” Arévalo”, Ricardo “Caito” Brandón; Ramón “Negro” Soussa y Roberto “Acordeona” González.
Ingresó Coralio “Paisano” Bogado por Arévalo. Dirigió Julio “Gringo” Coiro.
A todos ellos, gracias por aquella noche. Son “aromas que me quiero llevar.

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