Vocaciones

Falleció "Pocholo" Bentancourt, el Waldemar de los milagros en el fútbol uruguayo

FUTBOL CHACARERO. Desde Rivera /Editorial Eduardo Mérica para Diario Uruguay.

Apenas transcurridos unos minutos del lanzamiento de la 14a. Copa del Interior de Selecciones de la Organización del Fútbol del Interior, nos venimos a enterar con suma tristeza que el fútbol chacarero pierde uno de sus mayores encantos: Waldemar «Pocholo» Bentancourt. A la misma hora, que en un salón de la Rural de Durazno, se festeja… Se fue «Pocholo», a seguir respondiendo un montón de preguntas para que asomen las causas reales y de fondo de la pobreza que hoy padece el fútbol uruguayo. Como casi siempre lo conocimos, la verdad, chiquita, sin dramatismos, aparece tímida de la lectura que hace uno de los más grandes entrenadores de fútbol que dio el interior de Uruguay.
Quienes sabemos de su intimidad, Pocholo tenía sus dudas y las expresaba. Y allí, siempre, asomaba la verdad del corazón. Presión por jugar. Por no ganar, tal vez. Por sentirse superado por rivales que él seguía imaginando, también. Por eso, cuando perdió, decidió que no iba más. Que no valía la pena alargar una agonía que ya llevaba un largo tiempo. Había llegado el momento de cambiar de rumbo. Y así terminó… Muchos de los que mejor conocimos a «Pocholo» lloramos al escuchar el aviso de su muerte. Y las lágrimas no son casuales ni oportunistas. Más allá de los resultados y de todo, «Pocholo» Bentancourt fue y será muy querido en la intimidad del fútbol. Y no de casualidad en nuestro Diario Uruguay digital escribimos afirmaciones que a su edad él todavía inspiraba. Tras una vida larga y llena de emociones. No es momento de festejo, claro está. Pocos finales lo son. Pero lo mejor será hacer caso a lo que nos dijo Pocholo. Y no estar tristes. Porque él ya no lo está.

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«EL FÚTBOL DE RIVERA, SIEMPRE, SIEMPRE FUE PROBLEMÁTICO. TODO EL FÚTBOL URUGUAYO FUE Y ES PROBLEMÁTICO. DENTRO DE TODO EL FÚTBOL URUGUAYO, EL MAS PROBLEMÁTICO HA SIDO EL DE RIVERA.»

EL WALDEMAR DE LOS MILAGROS ES «POCHOLO» BENTANCOURT
ENTREVISTA EN RIVERA / EDUARDO MÉRICA.

¿Dónde está?. Donde se lo necesita. ¿A qué viene?. A la recuperación demorada. ¿Qué persigue?. Un sueño de muchos años. ¿De dónde sale?. De las entrañas del fútbol y no de tierra adentro. ¿Hacia dónde va?. Hacia la profesionalización eterna. ¿Por qué habla?. Porque ayer lloramos todos. Pasarán los días, los meses y los años… Habrá, tal vez, equipos nuevos y vueltas olímpicas no correspondidas, y dolor, y resignación, y desaliento… Pero allí, cuando se necesite su pasión por el fútbol alcanzará para continuar con la leyenda del fútbol uruguayo. Así, como lo ve en la foto el casi olvidado Waldemar “Pocholo” Bentancourt nos recibió en su casa para delatar “el antes y el después del fútbol”. Y no hay nada más que hablar.

 
– Hubo un comentario siempre de que los jugadores de otros tiempos, ante sus fracasos jamás culpaban o responsabilizaban a su técnico. ¿Qué hay de cierto?
– Ellos mismos asumían la responsabilidad. A no ser que hubiera algo extra, fuera de lo normal y de que pudieran tener algún reclamo.
-¿Cómo era el primer día tuyo al frente de un equipo?
Hace años que no actúo en el fútbol. Pero una de las cosas que consideré y lo llevé a la práctica, es que el primer trabajo del técnico es la formación del grupo. Sin ello, no puede haber nunca un buen equipo.
– ¿Qué tipo de sensaciones u olores tiene que sentir un técnico cuando formó a su equipo?
Recuerdo, para hablar de lo local, cuando salíamos del Parque Gran Bretaña donde fuimos los primeros en aplicar las concentraciones… cuando llegaba el ómnibus para llevar a los jugadores para el estadio, ¡ya se respiraba adentro del ómnibus aquel ambiente de triunfo y de deseos de ganar!.
– ¿Qué me quiere decir?
– Quiero decir, que no era un equipo triste o que salía desmoralizado de la concentración, sino que salía con toda la fuerza, con toda la voluntad y con todas las ganas de ganar.
– Me contaron que cuando llegaste a Rivera, lo primero que notaste es que no había rebeldía en muchos de sus jugadores preseleccionados. ¿Fue así?
– Cuando yo llegué a Rivera, no sé si existía la costumbre o qué, por ejemplo, con dos jugadores que los necesitaba, los quería y al final los tuve… Que eran “Pretinho” y el popular “Caipira”, a ambos les puse en conocimiento que a los jugadores los seleccionaba y los citaba yo. Al final ellos serían las figuras claves en la obtención del Campeonato del Interior de OFI, después de 22 años.
– Ese título, ¿fue consecuencia también de otra gente distinta, otra época, otros dirigentes, otros jugadores o qué?
No puedo decir, si era mejor o peor. Pero sí, puedo decir que existía una camaradería, un compañerismo y un grupo humano sensacional.
– ¿Cuál debe ser la preocupación máxima de un técnico?
– El de saber ubicar a cada jugador en la posición que quiere y que le corresponde, y donde rinda más. Y no porque veo en la televisión o escucho en la radio que el Milán de Italia o cualquier equipo de Europa le va bien y por ello aplico su sistema aquí en Rivera. ¡No!, no es así, ¡si yo no tengo los jugadores!… que tengan las condiciones naturales. ¡No!.
– ¿Cuál fue o es tu mayor virtud?
– Yo, en el fútbol, si me permites con toda modestia decirte: fui un buen estratega.
– ¿Y un hombre de muchos milagros?
– No, no creo. Nada de milagros. Sino un buen estratega. Porque siempre me preocupé en conocer las condiciones del adversario e indudablemente, mucho más de mis jugadores. Siempre traté de explotar al máximo la mejor condición de mis jugadores. Por eso, te reitero, todos los sistemas son buenos cuando se tiene los hombres indicados para el sistema que uno quiere aplicar.
– ¿Tuviste el padre indicado en tu vida?
– Mi padre fue jugador de fútbol, incluso, jugó en Rivera. Te estoy hablando de la década del 20. Además, integró un equipo de Oriental que hizo una gira por el interior de Río Grande do Sul; y que creo llegaron hasta Porto Alegre. Una gira de muchos partidos en ciudades importantes del Brasil y volvieron invictos.
– ¿Existió el “Pocholo” gran jugador?
Yo me inicié muy “jovencito”, con 16 años debuté en primera división en Tacuarembó. En el Club Central, el del popular Dardo López. Después, me trajo a Rivera una persona de la cual guardo un recuerdo y un cariño muy grande… Guido Machado (padre).
– ¿Viniste a Rivera a jugar al fútbol?
– Si. Era menor de edad y Guido Machado habló con mi padre para pedirle su autorización para jugar por su club Oriental. Viajamos en el recordado “Tacoma”, el famoso “trencito” que unía Tacuarembó con Rivera o viceversa. Estoy hablando del año 45, en una época donde la mayoría de los jugadores en Rivera, el 60 % eran foráneos.
¿Fue una época esplendorosa en dinero en el fútbol riverense?
– Te cuento una anécdota, cuando llegué con Guido Machado, al otro día, me lleva a la Tienda Siñeriz, a pesar de que el señor Siñeriz era el presidente de Peñarol. ¡Seguro!… me vieron mal “empilchado”. Pues bien, esas cosas sucedían en Rivera. Eran normales y vivíamos hasta en un hotel, pagado por el club y además, teníamos religiosamente nuestro sueldo.
– Alguna otra anécdota de aquel tiempo, ¿te acordás?
– Un día fui criticado a raíz de un partido que jugamos con Oriental frente a un equipo de veteranos de Montevideo. Donde los muchachos vinieron de paseo… En ese entonces, don Alberto Bouchacourt – presidente de Oriental -, me llama y me dice: “¡Pocholo, Pocholo!, vení acá, te doy diez pesos si hacés esto… Era para que me sentara en la pelota en un instante del partido. ¡Diez pesos, en aquel tiempo era un montón de plata!. Si serían diferentes las cosas antes!!!.
– ¿Y al final qué le contestaste?.
– ¡Cómo no, don Alberto!. Después me criticaron bastante a raíz de ese episodio. Lógicamente, que no era un gesto de un buen deportista. Pero, uno “jovencito” ahí que podía no hacer por un peso. Y bueno… no aguanté la invitación y la tuve que cumplir.
– Hoy hay plata de por medio, pero a veces no es suficiente salir campeón. ¿Por qué?
– Es muy difícil, casi que imposible que un equipo que ande bien y salga campeón en él haya problemas.
– Me diste pie para una gran pregunta: ¿Rivera, ayer habrá querido salir campeón?
– No estoy informado sobre cuáles fueron los motivos o las razones por la cual Carlos Wallace se retiró de la selección de Rivera.
– Entonces, volvamos al principio, ¿cómo y de qué manera se buscan las responsabilidades en un equipo?
– Yo no sé si voy a definir con lo que te voy a decir. Lo que yo pienso sobre el fútbol de Rivera. EL FÚTBOL DE RIVERA, SIEMPRE, SIEMPRE FUE PROBLEMÁTICO. TODO EL FÚTBOL URUGUAYO FUE Y ES PROBLEMÁTICO. DENTRO DE TODO EL FÚTBOL URUGUAYO, EL MAS PROBLEMÁTICO HA SIDO EL DE RIVERA.
– ¿Por qué?
– Yo recuerdo que cuando llegué aquí, siendo muy “jovencito” ya existían unos problemas tremendos con los jugadores que jugaban en Livramento, y también aquí en Rivera. ¡Unos problemas terribles!. Siempre hubo esos problemas y hasta hoy existen. Es más, si vamos más al fondo, no puedo dejar de reconocer que en Rivera “todo” se hace más difícil. Todo es más difícil que en otros lados. Y esto no es una crítica que salga y nazca de mi corazón… por el contrario, quisiera que fuera constructivo y… ¿no sé porqué es así?.
– ¿Qué diferencias notorias hay hoy en el fútbol de Rivera?
– Técnica.
– ¿En qué tiene que trabajar un técnico?
– Antiguamente el fútbol riverense tenía más técnica y más semejanza con el fútbol brasilero. Por ejemplo, tengo un carné de entrada gratis y no voy nunca a un partido de fútbol porque veo, cada día más, esa “correría” detrás de la pelota. Hoy, corremos detrás de la pelota, hoy disputamos un amontonamiento de jugadores. Eso es común hoy, en todo el fútbol uruguayo. Entonces, me decepciono un poco y muchas veces me termino preguntando: ¡qué vine a hacer yo aquí!
– ¿No tiene a nadie que piense igual y que quiera conversar estos temas contigo?
– Difícil, es muy difícil.
– ¿Qué es saber de fútbol hoy?
– Ser un buen estratega. Ser una persona que se haga querer, que lo respeten por sus conocimientos, por su capacidad y que le obedezcan sus indicaciones. Otra cosa que tiene el fútbol uruguayo es la inmensa necesidad de mejorar los fundamentos futbolísticos del jugador. Hoy, el jugador nuestro actual, no tiene fundamentos.
– ¿Qué es lo que tenía de particular el fútbol del interior que hoy no tiene?
– Yo pienso que existía una mayor responsabilidad en el jugador de antes… Principalmente, en el jugador amateur. Más responsabilidad, y no pienso a llegar al extremo de decir: “Más amor propio”. No sería correcto. Pero, existían más ganas de ganar.
– ¿Por qué hoy no?
– Bueno… esa pregunta me la hago yo, respetuosamente, todos los días que me restan de mi vida.

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